Hernani

Villa medieval

Convento de San Agustín

La iglesia en la Edad Media

Plaza Berria

Principios del s. XX

Beroitz Etxea

La alta sociedad

Dorretxea

La Hernani defensiva

San Juan Bautista

Una iglesia para el pueblo

Ayuntamiento

Las guerras carlistas

Andre kalea

La sidra

El Arco

La muralla de Hernani

Portalondo

De las hermandades a las diputaciones





Convento
de San Agustín

La iglesia en la Edad Media 

Doña Mariana y doña María son dos hermanas de fuertes convicciones religiosas, decididas a entregar sus vidas a la oración. Por ello, junto a otras mujeres de familias influyentes, constituyeron el beaterio, que daría origen al monasterio de San Agustín, hacia 1545.

Su padre, Juan Martínez de Ereñozu, posiblemente, el hombre más influyente de Hernani de la época, se convirtió en el principal promotor de la obra que, a la postre, se convertiría en la principal causa de su ruina económica. Juan moriría años más tarde en Sempere, angustiado por las deudas y huido de la justicia

 

La familia Ereñozu, gracias a la pujanza de sus ferrerías, consiguió un estatus impensable para una familia no perteneciente a la nobleza. De algún modo, construir el monasterio de San Agustín suponía asegurarse un lugar en el más allá, pero sobre todo, era la manera de conseguir el respeto de las élites del momento. A partir de entonces y mediante matrimonios concertados consiguieron integrarse en los principales linajes de la nobleza local

El monasterio de San Agustín fue levantado sobre la antigua parroquia del s. XIII. De aquella, únicamente nos queda el pórtico románico de transición al gótico, de arcos ojivales apuntados.

Las Canónigas Regulares Lateranenses de San Agustín son una orden que busca a Dios por medio de la meditación y el aislamiento. Las normas del monasterio de clausura eran muy estrictas, aún así, pertenecer a la orden era un auténtico privilegio.

No era fácil acceder a esa vida de austeridad; además de superar pruebas de acceso y mostrar reiteradamente predisposición y honorabilidad, se debía aportar dote, arreos y el valor de un año de manutención. Transcurridos 5 años, ya no se podía abandonar la orden, si no era para ingresar en un régimen más severo.

El convento era un poder económico, que generaba riqueza gracias a los diezmos y a la explotación de tierras, ferrerías y demás activos que particulares aportaban a la orden.

La historia del monasterio ha estado siempre dramáticamente unida a su condición extramuros, y a la convulsa historia de la villa fronteriza de Hernani. Así, por ejemplo, en los episodios bélicos de 1638, 1719, 1794, 1808… el convento fue destruido, saqueado y tomado como cuartel, y su comunidad tuvo que huir en numerosas ocasiones.